sábado, 21 de febrero de 2009

¿quien le ganó a quien?

La victoria se basa en ser más que otro, casi pisar al que llamamos perdedor. Ganamos cuando creemos ser mejores que ese, o esos rivales, y pocas veces cuestionamos el ¿porque queremos ser mejores? ¿con que fin se desarrolla esa disputa? Todos en la vida perdemos, todos sufrimos fracasos, dececiones, o nos sentimos inferiores y si somos maduros, si nos comportamos como buenos "perdedores" entenderemos el Por qué de nuestra perdida, entenderemos nuestras debilidades y apreciaremos aún más al ganador con el fin de querer ser como él, y muchas veces soñar con ser mejor que él. Pero...¿y cuando ganamos?

La depredación puede ser una forma metaforica de comprender esa riña humana por poder, lidrasgo, por la avaricia de mostrarse mejor que los demás muchas veces jugando sucio. Un león persigue a un venado para alimentarse, para sobrevivir demostrando la jerarquia en la cadema alimenticia: el león es el ganador ante el venado.

La competencia es parte de nuestro ser, como seres vivos, como mamiferos, como seres humanos. No existe nadie que no compita con su projimo, nadie, y por lo mismo quitamos espacio a la bondad, la generosidad, la solidaridad, la empatia. Siempre queriendo ser los mejores arasamos con todo a nuestro alcance, siempre deseando estar en la cima con el unico fin de la admiración del resto, de mirar a ls demás hacia abajo.
Avaricia, codicia, gula de victorias.

¿qué ocurre cuando esa competencia tan normal dentro de nuestra sociedad afecta a una familia? ¿qué ocurre cuando la competencia es entre un padre y un hijo orgulloso?

la verdad es que el padre posee, irrefutablemente, el poder, es el león en esta rensilla. Pero la sobervia de exigir derechos del hijo, la obstinacion de no ceder ante au autoridad el padre, impide en un 100% la competencia, y solo se transforma en una pelea eterna, en una batalla sin fin hasta que una de las partes logre comprender a su oponente, hasta que una de las partes borre el orgullo y se decida a entender su papel sin abusar de él.
El hijo debe obedecer al padre, pero tambíen debe hacer valer sus derechos; el padre debe comprender a su hijo, pero no debe dejar de ser el que mande detro de la situacion.

¿se puede lograr este acuerdo por el bien de una familia?
¿puede un hijo orgulloso comprender su rol como hijo?
¿puede un padre autoritario ceder y comprender a ese hijo que reclama lo que merece?

¿en que momento las cosas se salen de sus casillas y comienza un duelo infinito entre orgullo y sobervia?
¿que es más fuerte? Creo que el hecho de ganar es más fuerte que encontrar una solución.

luego de días de peleas, de falsas promesas de no discutir, de reconciliaciones sin sentido...
¿que gano cada uno?
¿que perdieron?
o mejor dicho...¿quien le ganó a quien?


ChO!!